Declaración de Artista
Mi trabajo explora la percepción mayormente a través de la pintura. Utilizo relaciones cromáticas para crear atmósferas sensoriales de pensamientos, memorias y estados de ánimo. Mi obra cuestiona la frontera entre realidad e imaginación, investigando la relación entre el cuerpo, el espacio y la percepción.
En series como Una Realidad Imaginaria (2022), retrato paisajes y escenas cotidianas desde la memoria, transmitiendo la incertidumbre propia de percepciones alteradas. En Edge (2023), pretendo volver accesibles experiencias sensoriales mediante estructuras de color y forma. Before Daybreak (2024) se centra en la visualización de pensamientos, sueños y memorias. Mi objetivo es traducir sensaciones en imágenes.
Mi pintura surge principalmente de la introspección. Desarrollo mi trabajo de manera intuitiva, permitiendo que las figuras emerjan en el lienzo a partir de capas de color. Doy sentido a las imágenes aparentemente aleatorias que aparecen en mis obras, construyendo interpretaciones sobre mi percepción.
Para mí, el color es una estructura natural y un medio para mapear experiencias. Me interesa la conexión entre el ser humano y su entorno, tanto para sensibilizar experiencias como en el contexto de la crisis ambiental. Exploro la relación entre la percepción y el espacio, integrando elementos simbólicos en las imágenes.
Investigo la relación entre color, luz y naturaleza, incluyendo fenómenos como las ondas electromagnéticas y la bioluminiscencia. En un proyecto sobre energía oscura (2019), trabajé con la refracción de la luz para que los espectadores asociaran formas abstractas con elementos naturales como células o galaxias. Considero que integrar referencias a la naturaleza en espacios públicos y privados puede fomentar la creatividad y la conexión con el entorno. También he aplicado este enfoque en instalaciones y esculturas inspiradas en formas biológicas. Estos aspectos se filtran en mi uso del color en la pintura.
Me parece importante reconfigurar la relación humana con el entorno. En mi pintura Luna de Fuego, abordo el cambio climático a través del color como expresión de temperatura y dimensión. Las zonas en las que el color diluye el límite entre una cosa u otra en mis pinturas se deben a mi creencia acerca del color: como una variante de temperatura y dimensión en el espacio. La obra presenta una continuidad visual entre el cuerpo humano y la naturaleza, diluyendo los límites entre ambos para reforzar la conexión entre ser humano y entorno.
Mi trabajo es un ejercicio de exploración y descubrimiento. Busco expresar emociones, visualizar los sentidos y plasmar experiencias individuales y colectivas a través de la pintura. Entiendo la percepción como un proceso de inferencia. Para mí, la lectura de una imagen es producto de una improvisación mental, resultado de las asociaciones, sujetas a la mente del intérprete, pero a fin de cuentas condicionadas desde el imaginario colectivo, la cultura, el contexto histórico y la memoria personal.